HISTORIA DEL MOVIMIENTO ZEITGEIST

En los años 40, el Proyecto Manhattan produjo la primer arma de destrucción masiva real. Este programa requirió el trabajo de 130.000 personas y una inversión financiera extremadamente alta. Imagina cómo sería nuestra vida hoy si ese grupo de científicos, en vez de buscar la manera de matar otras personas, hubieran buscado la forma de proveer un mundo abundante y autosostenible. La vida en el planeta sería muy diferente.En vez de armas de destrucción masiva, es hora de liberar algo mucho más poderoso: Armas de Creación Masiva.Nuestra propia divinidad radica en nuestra habilidad para crear, y armados con el entendimiento de las conexiones simbióticas de la vida, al ser guiados por la emergente naturaleza de la realidad, no hay nada que no podamos hacer o alcanzar. Por supuesto, afrontamos fuertes obstáculos que se materializan en la forma de las estructuras de poder establecidas que se niegan a cambiar. En el corazón de esta estructura se encuentra el sistema monetario. La política de reserva fraccional (en la cual se basa todo el sistema bancario mundial) es una forma de esclavitud a través de las deudas, lo cual hace imposible una sociedad libre.A su vez, el capitalismo de libre mercado materializado en "el comercio" usa las deudas para encarcelar al mundo y manipular los países para hacerlos sirvientes de un puñado de conglomerados financieros y poderes políticos. Aparte de estas obvias inmoralidades, el sistema mismo está basado en la competencia, lo cual destruye inmediatamente la posibilidad de una contribución a gran escala por el bien común, lo cual paraliza cualquier intento de conseguir una sostenibilidad global.Dichas estructuras financieras y corporativas han mostrado ya su obsolescencia y deben ser eliminadas. Evidentemente, no podemos ser tan ingenuos para pensar que los grandes grupos financieros se identificarán con esta idea, pero deberán perder gradualmente su poder y nivel de control sobre las fibras de la sociedad.Por esto mismo, medidas pacíficas pero muy estratégicas deben ser tomadas.El método más poderoso es el más simple: debemos alterar nuestro comportamiento para llevar las estructuras de poder a lo que las personas desean. Debemos dejar de apoyar el sistema vigente (y esto no se trata de derecha o izquierda, ya que todas las instituciones actuales están basadas en el mismo funcionamiento).La única manera en la que el establecimiento actual cambiará es a través de nuestra persistente negativa a participar activamente en él, reconociendo lo errado y corrupto del mismo. La gente no renunciará al sistema monetario por voluntad nuestra o gracias a nuestras recomendaciones: el sistema debe fallar y la gente deberá perder gradualmente la confianza en sus líderes.

La coyuntura actual demuestra que las potencias económicas del mundo están yendo a la bancarrota y apuntan sus gobiernos hacía tendencias totalitarias para acallar los síntomas de la evidente crisis. Actualmente, el sistema financiero mundial se encuentra al borde del colapso debido a sus eventos recientes. El controlador de moneda de Estados Unidos dijo en 2003 que el interés sobre la deuda pública estadounidense no sería pagable en menos de diez años. Ello significa teóricamente la bancarrota total para la economía estadounidense, y sus implicaciones para el mundo son inmensas. A su vez, el sistema monetario basado en la política de reserva fraccional está alcanzando sus límites de expansión teóricos. Por cierto, los descalabros financieros actuales son tan solo el comienzo de la avalancha.La única forma de ganar más dinero es creando más deuda e inflación. Es sólo cuestión de tiempo antes de que el panorama cambie y no haya nadie que quiera acceder a más préstamos mientras que los desbalances crecerán por la incapacidad de la gente de pagar sus créditos actuales.En ese momento la expansión del dinero se detendrá y la contracción se evidenciará de una forma nunca antes vista.